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El cierre de centros educativos, la limitación de actividades extraescolares y el confinamiento de personas que puedan haber estado en contacto con alguien infectado por el coronavirus aumentan las horas de convivencia en casa. Esta situación plantea a muchas familias qué hacer con los hijos en casa durante estos días.
Eva Liesa, profesora de la facultad de Psicologia i Ciències de l’Educació de Blanquerna-Universitat Ramon Llull, y Maite Martín, psicóloga del centro Psicologia i Pedagogia (PiP) de Barcelona, dan unos consejos para sobrellevar la situación, subrayando que vivimos una situación incierta en la que hay que gestionar logística familiar y emociones. Lo mejor, señalan, es aplicar autoreflexión. No es momento de pretender imposibles ni de aprovechar la ocasión para intentar cambiar nuestras vidas, se trata de llevar la situación lo mejor posible, evitando la crispación.
¿ORGANIZAR HORARIOS? Lo primero que deberán hacer las familias es reorganizarse. Puede servir de guía qué se hace en las vacaciones, cuando alguien de la familia está enfermo... Hay que decidir hora de levantarse y acostarse, de las comidas, actividades durante el día y de tiempo libre, recomienda Liesa, pero de manera flexible. Martín aconseja mantener las rutinas lo máximo posible.
¿HORARIO DE ESTUDIO AMPLIO? Los estudiantes de secundaria y, por supuesto, los universitarios tienen capacidad para organizarse y seguramente serán los que tengan más trabajo qué hacer. Los alumnos de primaria requerirán más apoyo de los padres. Martín propone reservar la mañana para horas de estudio.
PANTALLAS. El uso de las pantallas (tele incluida) dependerá del acompañamiento adulto que tengan. No es necesario prohibirlas pero sí se aconseja limitar las horas: aplicar pautas similares al fin de semana o las vacaciones para evitar la tentación del uso abusivo.
Los adolescentes serán los que más recurran a las pantallas y lo más aconsellable es que diversifiquen la actividad: se pueden usar para trabajos escolares, ver vídeos o una serie, chatear con amigos, jugar, hacer un álbum de fotos, componer música u otras actividades artísticas...no estar horas con lo mismo.
HORA DE JUGAR. “Es una ocasión para jugar más, cosa que algunos niños no hacen ni el fin de semana. Es hora de sacar todos los juguetes de Reyes, que algunos apenas han salido de la caja”, recomienda Imma Marín, fundadora de Marinva, consultora sobre juegos y educación.
SALIR AFUERA. Con las precauciones que señala Godoy, se puede salir a jugar al parque o a pasear a pie o en bici o con los patines. Según donde se viva, se puede salir a pasear o jugar a la playa o a la montaña.
LEER. Se puede aprovechar horas para leer. En grupo es más divertido, leer unos a otros, teatralizando, leer cómics...
LAS TAREAS DOMÉSTICAS PUEDEN SER ENTRETENIDAS. A muchos niños les encanta cocinar y pueden hacerlo poco, así que se puede aprovechar la oportunidad. O fregar los platos, cuidar las plantes, bañar al perro, hacer limpieza a fondo. Sin contar muchas actividades manuales (pintura, plastilina, tejer, scrapbooking...)
HABLAR. Es aconsejable explicar a los niños que estamos ante una situación excepcional que exige a todos adaptarse, comentar el contexto, que no son unas vacaciones escolares. Las expertas recetan “calma y diálogo”. Ante el adolescente se rebele no hacen falta soluciones nuevas, aconseja Liesa. Aplíquense las pautas habituales.
SI LOS PADRES TELETRABAJAN. El New York Times recomendaba la semana pasada que si los progenitores trabajan desde casa, una barrera física como una puerta cerrada puede ser la mejor solución para evitar que los niños interrumpan y pactar cuándo papá o mamá van a tener tiempo para ellos. O avisar: voy a tener una reunión, prohibido molestarme hasta que salga. Si los niños son más pequeños, se puede aprovechar en lo posible las horas en que duermen.